The Nightmare Of The American Dream For Latino Families

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Mediante la convivencia con mujeres hispanas aquí en California me he enterado de la cruda realidad que viven los hispanos en Estados Unidos. La mayoría de estas mujeres tienen a casi toda su familia con ellas, (esposo, hijos, padres, hermanos, abuelos e incluso tíos). La que menos tiempo tiene viviendo en California son dos años, y las demás oscilan entre los 5 y los 30 años, sin documentos legales y sin regresar a su país. Lo que ha sido increíble es enterarme del micro sistema que han establecido para sobrevivir. Tienen unas pequeñas áreas llamadas “Mexiquitos”  como uno que está al Este de los Ángeles que es muy parecido a los que están cerca del Zócalo de México.

La mayoría de mujeres presentes en la conferencia tienen a casi toda su familia con ellas, (esposo, hijos, padres, hermanos, abuelos e incluso tíos). La que menos tiempo tiene viviendo en California son dos años, y las demás oscilan entre los 5 y los 30 años, sin documentos legales y sin regresar a su país.

Todo esto sucede en un país donde no son bienvenidos los: indocumentados, mojados o pasaporteados por estar fuera de la ley, son tratados como ciudadanos de segunda o tercera categoría, no cuentan con ningún derecho y además viven sintiéndose aterrorizados por la amenaza de ser deportados; de que se los cargue “La Migra”, como ellos dicen. En las primeras pláticas me enteré del gran esfuerzo que tuvieron que hacer para llegar a Estados Unidos, de todas las penurias y obstáculos que pasaron para sobrevivir mientras lograban encontrar trabajo; incluso hubo casos en los que las personas me dijeron que empezaron su estancia descalzos, sin casa y lo que fue más impresionante, sin saber leer ni escribir español, lo cual multiplicó sus dificultades y les facilitó a otros explotarlos.

Las experiencias vividas por las personas en su trayecto para pasar la frontera eran horribles y traumáticas, veían y vivían de todo, pero aún así los sostenía el “Sueño Americano” para, en este país, hacer dinero rápido, salir de la pobreza extrema en la que vivían y enviar dinero a México.

Ya estando en Estados Unidos, al principio los deslumbra pensar lo que podían tener y hacer, pero poco a poco los derrumbaba la terrible realidad.

Los padres, que trabajaban de sol a sol y en condiciones infrahumanas, soñaban con que sus hijos tendrían educación gratuita y las oportunidades que ellos nunca tuvieron en su país y que eso les permitiría ingresar en la sociedad sin ningún problema. Pero lo que los padres nunca esperan son las transformaciones culturales que sufrirían sus hijos cuando al iniciar a estudiar en diferentes escuelas con compañeros de este país ellos sus propios padres serían rechazados, incluso negados por sus propios hijos por ser mexicanos; este mexicanismo se da porque los jóvenes se avergüenzan de sus orígenes y sobre todo, del trabajo  y lo que hacen sus padres para sobrevivir.

Aunado a esto, el racismo no sólo se da de parte de los anglosajones hacia los mexicanos les afecta bastante. Los padres, sin comprender la cultura y mucho menos sin hablar inglés, se resignan a la vida que viven sus hijos, e incluso les llegan a tener miedo, por lo que ellos puedan hacer en la casa, ya que el ser agresivo es una cualidad aprendida para sobrevivir y admirada entre sus compañeros en caso de las pandillas.

A las mujeres jóvenes tampoco les va nada bien, ya que incursionan en un mundo totalmente desconocido, con reglas y valores totalmente diferentes para ellas, y en su afán de tener un sentido de pertenencia en algún grupo, y ser aceptadas, se incorporan también a las pandillas, lo que ocasiona que incursionen a más temprana edad en las relaciones sexuales, provocando embarazos no deseados y en el consumo de drogas, lo cual les permite ser aceptadas y reconocidas por sus iguales.

Las mujeres que tienen hijos en este país adquieren un sentido de superioridad, porque el hijo nacido aquí tiene derechos, pero esto es sólo una fantasía, ya que sólo es el hijo el que tiene derechos, pero ellas no y en cualquier momento pueden ser deportadas y separadas de sus propios hijos y será responsabilidad del gobierno el destino de ellos. Como ésta son innumerables las vejaciones que sufren los latinos indocumentados al vivir en Estados Unidos y aún así insisten en vivir en él. Cuando los jóvenes hablan acerca de sus proyectos de vida, se expresan resignados diciendo: si en México me muero de hambre, aquí de perdido vivo en un país importante y si quiero, algún día me haré rico.

Describir en una cuantas líneas lo que se vive en ese país es insuficiente, madres sobre-explotadas para darles lo mínimo a sus hijos y enviar ayuda a México, hombres perdidos entre el trabajo y el alcohol, jóvenes tratando de integrarse en un lugar donde no son aceptados, jovencitas en constante riesgo y, sobre todo, jóvenes perdidos al no tener su propia identidad, valores y cultura, ya que ni siquiera se consideran mexicanos, ni tampoco americanos.

Martha Sáenz is a life coach hyponotherapist who lives in Los Angeles. Follow her on Twitter at @marthalifecoach.

[Photo by abco]

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